Son muchos los beneficios que la peluquería canina aporta a nuestros perros, Miki Lluch, de Boppin Box Grooming Formación, nos cuenta lo importante que es entender la estructura de cada raza, para sacarle partido a la peluquería canina.
Imaginemos una raza de proporciones generales, típica, como por ejemplo, Rhodesian, doberman…., Pensemos en su volumen, en sus líneas, el equilibrio y en la simetría. Dejemos de lado la tipicidad de la cabeza, para centrarnos en el cuerpo. Si por ejemplo un perro midiese 60 cm a la cruz, con un cuello bastante largo, cuerpo ligeramente más largo que alto, casi cuadrado, sabiendo que las distancias son de la punta escapulo-humeral a la punta del glúteo y del suelo a la cruz, que la distancia de la pata, hasta el codo, es igual que la del cuerpo, del pecho a la cruz, sabiendo que el codo esta a la altura del pecho. Si fuese un perro de trote, de caza o pastoreo. El Doberman, por ejemplo, sería un buen ejemplar de estas normas caninas, ya que es un perro de trabajo dotado físicamente para la resistencia al trote constante. Pueden trotar distancias muy largas con fuerza y fácilmente.
Si visualizamos ese ejemplar en movimiento, se debería mover correctamente, ya que está equilibrado. Si ese ejemplar perdiera esa tipicidad, perdería el equilibrio y el trote se vería afectado. Con esa visualización del trote, sería poco probable que aceptásemos una pierna corta o un cuerpo largo, etc.
Si tenemos una imagen de la tipicidad adecuada y variamos ciertas medidas, por ejemplo, si el cuello lo acortásemos 2 centímetros de lo que debería ser, aun no siendo mucho, el equilibrio cambiaría. Si a un perro ideal, le aumentamos la distancia de la profundidad del cuerpo, 2 cm., para recuperar el equilibrio deberíamos aumentar varias cosas, cabeza más grande y cuello más grueso. Así conseguiríamos mejor equilibrio, pero sería un ejemplar muy pesado para ser un perro de trote constante y rápido.
Continuando con un cuerpo más profundo y pesado, que en algunas razas debería ser así, el aplome es diferente, como en razas con sustancia, tipo bull o molosos. En un ejemplar así, tiende a crearse una solidez en patas traseras y delanteras que hace que el pecho se vea por debajo de los codos, creando más equilibrio sólido en las 4 patas.
En estos casos de este tipo de razas donde se menciona en los estándares, en otros no, en términos de equilibrio proporcional y visual la superposición del codo, se ve modificada, reduciendo la altura, y viéndose ligeramente más largo que alto.
Pongamos otro ejemplo de una mala construcción. Si la angulación delantera es poco angulada, y la trasera también es poco angulada, hay un equilibrio, pero ambos extremos son igualmente defectuosos. Un fallo en una angulación no debería afectar al otro extremo, aunque al no tener equilibrio se verá, visualmente, un trote diferente de delante en consecuencia con el trasero, pero un equilibrio en ambas angulaciones ya sean malas o no, no permitirá ver uno de los extremos opuesto al otro, simplemente uno caminará, mejor que el otro.
Podemos mencionar algunos supuestos defectos si la escapula y humero, son empinados, forzando el pecho por encima del codo. La cruz carece de altura, la posición adelantada de los cuartos delanteros reduce el antepecho y fuerza a la parte delantera, adoptando un soporte vertical. La inserción de cola y grupa baja, y las patas traseras escarpadas carecen de una angulación más deseada sin un corvejón acodado.